LOS GOLPES DE LA DEMOCRACIA


La justicia verdadera no es vengativa, sino correctiva.
Miguel Esteban Hesayne.
Obispo emérito de Viedma.
LOS GOLPES DE LA DEMOCRACIA

Por Miguel Angel Villegas Guillermo


Parafraseando al tango “Volver” podría decir que “30 años no es nada” y es que desde el 24 de marzo de 1976 fecha en que se dio inicio a la última dictadura militar en la Argentina ha pasado mucho agua bajo el puente.
Podría enrolarme en el facilismo ideológico y adherirme a cualquiera de las posturas vigentes actualmente: las que están a favor o las que están en contra.
Los golpes de Estado en la Argentina son un caso muy particular y requiere un estudio más detallado que no haré en este momento, sino que trataré de develar aquello que algunos no quieren ver o no les conviene.

Pero... ¿cómo se llega al 24 de marzo de 1976?

La Argentina, que en las primeras décadas del siglo pasado fuera considerada el “granero del mundo”, debido a su economía agro-exportadora implementada por los gobiernos de turno y la situación mundial vigente en aquél entonces, generó en sus entrañas a un hombre que cambiaría de forma directa o indirecta la historia del país: Juan Domingo Perón.

Aquél Perón (militar de carrera) que generó uno de los movimientos más importantes en este país al sur del continente: El Justicialismo. Más tarde conocido simplemente como el “Movimiento Peronista” convirtióse en poco tiempo, conjuntamente con su esposa Eva duarte de perón (Evita) en los abanderados de los pobres, “los cabecitas”, “los descamisados” como también suelen denominar a los más miserables.
Perseguido y proscripto durante 15 años, en medio de esa idolatría, dentro del Movimiento Peronista nacen “Los Montoneros”, creados originariamente como una especie de guardia Pretoriana y que poco a poco se fue transformando. Los jóvenes idealistas y entusiastas enrolados en esta guardia con el correr del tiempo se fueron volviendo más violentos con el silencio o la anuencia del ya “Viejo Líder” hasta que en un Mitin en la Plaza de Mayo (Plaza de Armas), Perón los expulsó de la misma pasando desde entonces a la clandestinidad y dedicándose al secuestro extorsivo y el asesinato.
A todos esto hay que sumarle que la década del 60 no fue muy buena económicamente, quienes para entonces ya habían abandonado su política agro-exportadora, así encontró a la ahora presidenta María Estela de Perón (segunda esposa de Juan Domingo Perón) sumado en una grave crisis institucional.
A nadie con sentido común puede escapársele que la Argentina iba convirtiéndose en un peligro para los intereses de los grandes monopolios debido al accionar de “Los Montoneros” y los “ERP” de fuerte tendencia Comunista.
Una Argentina con la hoz y el martillo flameando en la Casa Rosada era inconcebible. En ese ambiente nace la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), un grupo paramilitar al mando del ahora célebre López Rega. ¿Quién los financió?. Supongo que no necesitamos meditarlo demasiado para saber que fueron los mismos que financiaron a los paramilitares en Guatemala, Honduras, El Salvador, Panamá y ahora en Colombia.
La bandera roja comenzaba a flamear más fuerte en el extremo sur del continente y debía detenerse o sería demasiado tarde. Así, el “Tío Sam”lleva al siguiente nivel a “la Escuelita de Panamá” y no sólo financia sino que da apoyo logístico a los Golpes de Estado realizados en la Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú (Este último es un caso excepcional que no ingresa al plan Cóndor y trataré en otra ocasión)
Cuando las fuerzas armadas consuman el Golpe absorben a los paramilitares de López Rega para luchar contra la guerrilla de los Montoneros y la ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo).
Cuando finalmente renace la democracia en 1983, poco o nada queda de las instituciones, estas fueron dispersadas y en muchos casos destruidas. Hay que reconstruir un país en ruinas Ideológica y económicamente.
En la Argentina de hoy, sin embargo, las nuevas generaciones están creciendo creyendo que los únicos culpables del golpe de estado y sus consecuencias son única y exclusivamente de los militares y por ello son los únicos que están siendo perseguidos, condenados y encarcelados, olvidándose (los que enseñan) que aquí hay tres (3) actores.

El Estado (Policía, Fuerzas Armadas, PE, PJ, PL).
Los Movimientos subversivos (Montoneros, ERP)
El Pueblo.

Hago esta aclaración por que actualmente se han generado fanatismos que nada tienen que envidiarle a los Talibán, al punto tal que han comenzado a levantar monumentos en homenaje de muchos de estos muertos sin saber si eran guerrilleros terroristas o no, por que no me van a decir que Los Montoneros eran frailes Franciscanos que los días domingo recorrían las escuelas para regalarles chupetines a los párvulos.
Como en toda lucha de poder, en la argentina de la década del 70 la población quedó lastimosamente en medio de estos dos bastardos (El Terrorismo y el Estado represor) haciendo olvidar a estos últimos que debía protegerlos y arrasó con todo. Por su parte los guerrilleros aprovechándose de esta confusión se mimetizaron con la población para no ser perseguidos.
Sé bien que la justicia y lo justo no van de la mano, pero hay que tratar que cada vez estén más cerca. Nadie puede negar que hubo muertos y desaparecidos durante la última dictadura militar en la Argentina. Sería una necedad. Pero, de ahí a llamar “Luchadores Populares” a viles asesinos y generadores de terror como lo fueron los grupos guerrilleros, es una aberración. Sino, díganme... ¿quien asesinó a “Rucci”?.
Los derechos humanos y la justicia son para todos. Si perseguimos a los militares torturadores, entonces, también hagámoslo con los guerrilleros asesinos, pues la realidad me está diciendo que esta nueva camada de "Cruzados" en la Argentina van acompañados de una señora justicia que no es tan ciega como parece, tratando con la Ley a unos (Los militares), mientras que a los segundos (guerrilleros como Firmenich, Gorriarán Merlo entre otros) son tratados como héroes y además les están levantando monumentos a su cofradía de seguidores.

Cuando miro esta realidad, hay mañanas que me levanto angustiado y me da pavor que un día cuando visite a mi querida y entrañable Lima (Perú) me encuentre que “Sendero Luminoso” ganó las elecciones, que el nuevo presidente es Abimael Guzmán, que están levantando monumentos a sus muertos y persiguiendo a los militares como en la Argentina y que además, al llegar a la casa de mis padres mis hermanos menores me digan: “Bienvenido camarada Guillermo”.

No estamos tan mal, pero, podríamos estar mejor... Si quisiéramos.
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